Con el paso de los años nada es permanente sino que se va cambiando de forma paulatina. Eso sí, tratando de aprovechar todo lo bueno que nos pasa para ir mejorando continuamente. En el colegio sucede algo parecido, aunque aquí nos estamos refiriendo a las cosas y no a las personas: hay que mantener todo lo que proporciona valor añadido, en este caso los buenos trabajos, aunque a veces haya que ubicarlos en otros espacios. Esto ha pasado con los huevos de Pascua trabajados y decorados en las clases de infantil hace poco más de un mes, que se han trasladado a otro lugar para que así puedan ser disfrutados por todos durante un mayor tiempo. No les falta ningún detalle.
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